sábado, 13 de agosto de 2011

EL ARROYO DON JUAN



El "Don Juan" es un arroyo de carácter temporal, que drena las aguas lluvias que escurren por la superficie del suelo del sur de la ciudad fluyendo directamente hasta el Río Magdalena. Desde su nacimiento a la desembocadura, las características físicas del arroyo (anchura, profundidad, naturaleza del lecho o velocidad) varían y condicionan la vida animal y vegetal de sus riberas (incluido el hombre).
El arroyo nace en Galapa y fluye en dirección occidente-oriente, su cauce sirve de límite natural entre la capital del Atlántico y el municipio de Soledad. En su recorrido, de aproximadamente 7500 metros de largo, atraviesa tramos rurales y urbanos, con fracciones canalizadas y estrechas (Los aledaños al Estadio Metropolitano), sectores sin canalizar (Frente de los condominios) con laderas profundas altamente erosionadas y anchuras que oscilan entre los 3 y 27 metros y partes totalmente canalizadas como el tramo que va desde el Barrio Simón Bolívar hasta su desembocadura.
El Don Juan es famoso por su fuerte caudal y la gran masa de sedimentos que arrastra durante las tormentas que azotan a Barranquilla durante la temporada invernal. Su fuerte pendiente, su rugosidad y los aportes que recibe de un gran número de arroyos menores lo convierten en uno de los más peligrosos de la ciudad.
Por ser un arroyo temporal y por su impetuoso caudal es difícil determinar su aforo. Sin embargo, algunos estudios han registrado caudales de más de 100 metros cúbicos por segundo. Con ese caudal el Don Juan arrastra en un segundo un volumen de agua correspondiente al consumo básico de 5 apartamentos en un mes. En dos horas deposita en el Río Magdalena, un volumen de agua equivalente al consumo diario de la ciudad de Barranquilla.
En algunos tramos la anchura del arroyo suele ser reducida y pocas veces supera los 4 metros, en otros sectores, el arroyo se ensancha registrándose valores cercanos a los 30 metros. De igual manera que la anchura, la profundidad del arroyo varía según el punto en que se mida. En algunos tramos la profundidad es escasa, en otros, como las zonas de caída rápida, se registran valores de hasta 6 metros de profundidad. El tramo más profundo y ancho está localizado muy cerca de su desembocadura, en la que se registraron 8 y 34 metros de profundidad y anchura respectivamente.
Como la mayoría de arroyos de la ciudad, el Don Juan, no fue siempre peligroso. Antes del acelerado crecimiento de la ciudad la vegetación que invadía casi todos los barrios del sur, era suficiente para "desgastar" el arroyo, por un proceso de infiltración que repercutía en la disminución de su caudal y turbulencia.
Hoy la mala planificación de la ciudad y la pérdida de vegetación, trasformó el flujo superficial en algo enteramente diferente al que trazó la naturaleza. El incremento continuado de la escorrentía superficial y el incremento de su caudal modelan y transforman sus laderas.
El arroyo, además de recoger la escorrentía superficial generada por la lluvia, recoge las aguas negras, los residuos sólidos y los desechos de las urbanizaciones apostadas alrededor de sus riberas.
Uno de los problemas ambientales más serios del arroyo, es sin duda, el manejo de los residuos sólidos, muchos de estos se vierten al arroyo y a sus riberas, se acumulan en vertederos clandestinos y producen un serio impacto sobre el paisaje, la flora y la fauna del lugar.
La carencia de un sistema completo de alcantarillado que incluya la recolección, transporte y tratamiento de basuras, es responsable de que se presenten situaciones sanitarias críticas en varios sectores cercanos al arroyo. Entre los tramos más críticos están:
  • En el sector de Los Girasoles, familias enteras evacuan sus desechos sanitarios directamente al Don Juan, mientras que sus hijos juegan entre las aguas de este arroyo.
  • En el sector de los condominios, los conductores de los carros de mulas depositan toda clase de desechos sólidos y de desperdicios orgánicos en el cauce y en los lotes adyacentes al arroyo Don Juan, convirtiéndolo así en foco de infección.
  • El barrio Brisas del Río, en donde se presenta alta contaminación orgánica, derivada de los vertimientos de alcantarillado al aire libre. Los niños del sector están en permanente contacto con esta agua, no tienen un sistema de eliminación de excretas y las basuras se tiran al patio, al arroyo o al río. A escasos 80 m de este lugar se e encuentra la bocatoma de la Triple A, principal centro de acopio de agua de Barranquilla.
  • Algunos vecinos del Arroyo Don Juan manifiestan que han tenido que soportar durante varios años un foco de infección que les ha causado bronquitis, enfermedades de la piel y afecciones gastrointestinales de tipo viral.
  • En algunos tramos del arroyo se reproducen animales peligrosos tales como alacranes y culebras. Esta situación es desesperada para las familias, ya que atenta gravemente contra la numerosa población infantil.

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